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Cómics que merecen

   ser descubiertos.

SHANG-CHI,

Master of Kung Fu

Omnibus vol. 1

NOVIEMBRE 2016

Por fin tengo en mis manos el primer omnibus dedicado a Shang-Chi , Master of Kung Fu. Serán cuatro; la serie tuvo  125 números –mas especiales- además de una segunda colección, ésta en blanco y negro y formato magazine en la que compartía cartel con otros “artistas de las artes marciales” y que también será publicada, en este caso en dos sendos omnibus.

Y es que el personaje –y la serie- fue todo un éxito en los años 70. Una de las más emblemáticas de la década y un buen ejemplo de la fusión que proliferó e aquellos años, en los que se mezclaba el característico cómic de superhéroes “a la Marvel”, forjado en la década anterior, con casi cualquier otro género: fantasía heroica como en el caso de Conan, otro personaje emblemático de los 70, el terror en diferentes colecciones –Tumba de Drácula, Werewolf by Night- ó, en este caso, las artes marciales, aunque también hay mucho de las películas de espías a lo James Bond, creando una combinación única, improbable a priori pero que sin embargo funcionaba muy bien (de hecho fue de las colecciones de este tipo que más duró).

Su reedición, sin embargo, se resistía, principlalmente por problemas con los derechos de parte del reparto de la serie, extraido de las novelas de Fu-manchú de Sax Rohmer, que ahora por suerte se han  ya solventado.

Aquello fue una imposición editorial a los creadores del personaje, Steve Englehart y Jim Starlin, aunque éstos pronto dejaron la colección en manos de Doug Moench y Paul Gulacy, el equipo que la llevó a la gloria y por el que sin duda será recordada, aunque en próximos omnibus veremos etapas también bastante interesantes de artistas como un primerizo Mike Zeck (luego popular por su Castigador, sobre todo) o Gene Day, siempre con Moench en el guión y artistas.

También Gulacy era casi un debutante cuando  desembarcó en la colección (casi todos los autores implicados lo eran, en aquella Marvel revolucionaria) pero destaca y asombra prácticamente desde el primer momento. Esa splash-page/poster alegórico con las letras “hallucinations” en la parte superior es del primer número que dibujó, todavía con Englehart en el guión y forma parte de una saga en la que hay un cameo de un tal Lu Sun que s eparece sospechosamente al  David Carradine de la serie de TV Kung Fu a la que la colección tanto debe, aunque pronto se despegaría de ella.

Y aquello era solo el principio...

En esta primera entrega, y si hablamos sólo del equipo formado por Moench-Gulacy, destacan muy especialmente las historias de los Giant-Size, comics con el triple número de páginas que se pusieron de moda por aquel entonces, sobre todo las de los nº 2 y 3, que son prácticamente, por su extensión y calidad, novelas gráficas antes incluso de que estas existiesen. Dentro de la colección regular se incluyen las trilogías de Velcro, en las que aparecen Razor-fist (el personaje que tiene cuchillos en vez de manos) y Pavane y la un tanto alucinógena de Mordillo y su isla psicodélica, en la que debuta la enigmática Leiko Wu, personaje fundamental en la serie y casi inmediato interés amoroso de Shang-Chi.

La brillantez de estos números casi hace pasar desapercibido al resto, lo que es un poco injusto. Ahí están las primeras entregas, también bastante notables, sobre todo si tenemos en cuenta que no se hacía nada parecido cuando vieron la luz y que presentan a buena parte del reparto de la colección (Fu-Manchú, Sir Nayland Smith, Black Jarr Tarr) o el Giant Size 4 donde Moench, junto a Keith Pollard esta vez, introduce al personaje cómico sosias de Groucho Marx. Lo cierto es que Gulacy no daba abasto para dibujarlo todo, pero el guionista se las apaña para mantener el interés casi siempre, aunque echando de menos al dibujante.

El único pero que le pondría es que el tomo resulta algo cara comparado con otros omnibus (el de Werewolf by Night por ejemplo tiene casi el doble de páginas por un precio similar –aunque personalmente me resulta mucho más manejable el volumen de Shang-Chi a la hora de leerlo-).

 

Habrá que ir ahorrando, sobre todo si te quieres comprar  la colección completa  más los volúmenes de Deadly Hand.  Lo cierto es que vale la pena tener en una edición impecable –excelente reconstrucción del color, tamaño superior al original, etc...-  la serie por fin recopilada con todos sus números extras y algún otro (se incluye el Giant Size coprotagonizado por Spiderman) además del siempre interesante correo de los lectores de la época, que también se incluye y  gracias al cual se puede palpar el entusiasmo con el que la afición reaccionaba ante cada entrega entonces. El mismo que despierta ahora.

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